Fabin Marter Bocanegra, un hombre de 74 años, pasó 20 años en prisión por un crimen que no cometió. Condenado injustamente por la violación de su hijastra de 12 años, la situación dio un giro inesperado gracias a pruebas de ADN que confirmaron su inocencia y revelaron que el verdadero agresor fue su cuñado, Wiston Américo Leonardo Gamboa.

La condena equivocada

En el año 2003, Fabin fue arrestado en Trujillo, luego de ser señalado por Doralisa Fernández Coronel, hermana de la víctima, como el responsable del abuso. Sin embargo, la denuncia fue parte de un intento por proteger a su esposo, el verdadero agresor. A pesar de que la menor luego confesó que había mentido por temor a las amenazas de su cuñado, las autoridades no investigaron más a fondo. Fabin fue condenado a 30 años de prisión.

Revelación de la verdad

Después de años de lucha por su libertad, las pruebas de ADN realizadas recientemente confirmaron que Fabin Marter Bocanegra no es el padre del hijo de la menor, como se había alegado en el juicio, y que no cometió el crimen. A pesar de la contundencia de la evidencia, la justicia aún no ha rectificado el error, y Fabin sigue preso mientras su familia espera que se haga justicia.

La lucha por la justicia

A lo largo de su encarcelamiento, Fabin ha perdido momentos importantes de su vida, como el crecimiento de su hijo menor, quien solo lo conoce desde la prisión. A sus 74 años, su único deseo es recuperar su libertad y reunirse con su familia. Génesis Chávez, su abogada, ha señalado irregularidades en el proceso judicial y la falta de diligencia para hacer un examen de ADN en su momento, lo que habría evitado esta tragedia.

El caso de Fabin es un recordatorio de cómo los errores judiciales pueden afectar la vida de una persona y su familia durante décadas. Mientras espera una resolución, Fabin mantiene la esperanza de que la justicia, finalmente, prevalecerá