Después de su desafortunado comentario al decir que la muerte de Eyvi Ágreda debe aceptarse porque son los designios de Dios, el presidente de la República, Martín Vizcarra ha querido resarcir y de alguna manera llenar el vacío legal y cómplice que hasta hace unos días existía con respecto a la problemática de violencia contra la mujer.

Una Comisión de Emergencia, encabezada por el mismo Presidente del Consejo de Ministros, quiere establecer un trabajo multisectorial, crear el Programa “Hombres por la igualdad”, para involucrar al género masculino, pedir al Congreso la delegación de facultades para legislar y mantener en alerta las 24 horas del día la atención en las comisarías para que puedan recibir las denuncias.

Sin embargo, de nada servirán todas estas directivas si dentro de las instituciones facultadas existen personajes que violentan a sus parejas, como el caso del policía miembro del Escuadrón Verde que fue detenido por agredir a su pareja, o el sonado caso que ocurrió el año pasado en Chiclayo, donde un agente policial asesinó a su esposa en venganza, porque ella lo denunció por violencia familiar.

Y cómo no olvidar, el escándalo protagonizado por el Capitán PNP. Carlos Zuta Vela, cuando se desnudó luego que lo interviniera una policía de tránsito y no contento con ello le propinó una paliza. Es difícil confiar en una institución que no ha demostrado tener claro el tema de la no violencia contra la mujer, y no solo por los casos que se presenten, sino también por los cuestionamientos a la mala atención, seguimiento y protección de las mujeres denunciantes.

Es necesario primero identificar, quiénes son los agentes que están más concientizados en erradicar esta problemática para comenzar a trabajar con ellos mientras logramos sensibilizar al resto y limpiar de los agresores de mujeres a la institución policial.

Karina Miranda

Karina Miranda