El Niño Costero, pese a que ocurrió hace más de un año ha dejado a millones de personas afectadas, no solo en nuestra región sino también en otras partes de la zona norte.

En Piura, indiscutiblemente los más golpeados fueron los que perdieron hasta su casa, los que ahora son llamados “damnificados” y que lamentablemente el mayor porcentaje sigue viviendo en casa de algún vecino, en una carpa o en un albergue, pues la promesa de la casita, el módulo o la vivienda alquilada aún no se cumple para ellos. Sin embargo, existe otro grupo de piuranos que son las víctimas anónimas, los que se vieron golpeados indirectamente, los que aún tienen su casa bien firme, pero su negocio se viene abajo.

Y es que la crisis económica que hoy afecta a los miles de emprendedores en la región es bastante dura y apocalíptica, sobre todo porque no solo dependen de su creatividad, empuje o capacidad como microempresarios o pequeños comerciantes, sino porque dependen también de la eficiencia que los gobernantes, funcionarios y técnicos ediles pongan en su trabajo. Los comerciantes del Complejo de Mercados son un claro ejemplo, la reconstrucción camina lento y eso obliga a que cantidad de vías sigan cerradas producto de un trabajo poco organizado.

A ello se suma la falta de eficiencia por parte de los funcionarios ediles, quienes llevan un año con el proyecto de ordenanza de zonificación de parqueos para la Modernización de los Mercados en stand by. Y mientras tanto, los comerciantes siguen gastando miles a pesar que las ventas se les redujeron hasta en un 80 %, porque además deben sobrevivir entre tantos ambulantes que la comuna sigue sin poder controlar.

La crisis económica afecta a todos sí, pero existen factores como los ya explicados que complican aún más a los comerciantes y que los están llevando a la quiebra.

Karina Miranda

Karina Miranda